En sus 200 años de independencia, Bolivia logró instaurar el voto universal recién en 1952. Este hecho marcó un antes y un después en la participación política, permitiendo que mujeres, indígenas, campesinos y obreros pudieran ejercer su derecho ciudadano.
Hasta mediados del siglo XX, el derecho al voto estaba restringido a una élite: solo podían sufragar quienes sabían leer y escribir, y quienes tenían propiedades. Esto dejaba fuera del proceso democrático a la mayoría de la población. Para ilustrar esta exclusión, en las elecciones de 1951 solo 204.649 personas estaban habilitadas para votar, de un total de más de 3 millones de habitantes, lo que representaba apenas un 6,78%.
De la exclusión a la participación
El investigador Farit Rojas, de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), explica que estas restricciones reflejaban una visión limitada de ciudadanía, basada en el alfabetismo y la propiedad privada. En consecuencia, indígenas, campesinos, obreros y mujeres fueron históricamente marginados del sistema político. Si bien en 1945 se permitió el voto femenino a nivel municipal, fue recién con la revolución de 1952 que se reconoció plenamente este derecho.
El Decreto de 21 de julio de 1952 instituyó el voto universal.
Este avance eliminó las barreras que excluían a las grandes mayorías. En las elecciones de 1956, el número de votantes habilitados subió a 1.119.047, contrastando fuertemente con los 204.649 de 1951.
Constitucionalización del voto universal
Aunque en un principio el voto universal fue establecido por decreto, nueve años después fue incorporado a la Constitución con la reforma de 1961. Se amplió el concepto de ciudadanía a todos los bolivianos mayores de 21 años, sin importar su nivel de instrucción o situación económica. Se determinó además que la ciudadanía consistía en participar como elector o candidato en la formación de los poderes públicos.
Curiosamente, en la reforma de 1967 se introdujo una limitación: solo podían ser elegidos como autoridades quienes supieran leer y escribir. Esta restricción se mantuvo hasta 1994, cuando fue eliminada con otra reforma constitucional.
Evolución del padrón y nuevos avances
Desde entonces, el padrón electoral ha crecido de forma sostenida. Según datos del Órgano Electoral Plurinacional (OEP), en 1956 había poco más de 1 millón de votantes. Para las elecciones del 17 de agosto de 2025, se prevé una participación de 7.937.138 personas, incluyendo bolivianos residentes en el exterior, quienes votan desde 2009.
La ampliación real de la participación política, sin embargo, fue consolidándose de forma paulatina. Un hito importante fue la Asamblea Constituyente de 2009, que aprobó una nueva Constitución Política del Estado.
El valor del voto hoy
Farit Rojas destaca que el voto debe entenderse como una pretensión justificada de acción, ya sea para exigir derechos o influir en el poder político.
Este 17 de agosto, los bolivianos ejercerán nuevamente su derecho al voto para elegir al presidente, vicepresidente, 130 diputados, 36 senadores y 9 representantes supraestatales. Un derecho conquistado hace 73 años y que, con el tiempo, se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de la democracia boliviana.
/ A.T.C /
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