China consolidó su liderazgo global en tecnología tras años de colaboración con empresas estadounidenses como Apple, que fabricaron sus productos en el país asiático para reducir costos.
La estrategia que fortaleció a China
Durante años, compañías tecnológicas estadounidenses optaron por trasladar su producción a China, buscando abaratar costos y maximizar sus márgenes de ganancia. Este movimiento, que parecía una decisión empresarial perfecta, terminó fortaleciendo la capacidad industrial del gigante asiático.
Un ecosistema industrial imbatible
Según el medio Nikkei Asia, el 87% de los proveedores de Apple tienen plantas de producción en China. Esta concentración no solo impulsó la economía local, sino que permitió al país perfeccionar procesos y formar mano de obra altamente especializada.
De fábrica del mundo a potencia tecnológica
Mientras fabricaban teléfonos móviles, automóviles eléctricos y otros productos para marcas extranjeras, las empresas chinas adquirieron conocimientos y desarrollaron tecnología propia. Hoy, esas capacidades las convierten en competidores directos de las firmas que alguna vez dependieron de ellas.
El cambio en el equilibrio global
Este crecimiento no fue casualidad, sino el resultado de políticas industriales, inversión en innovación y una red de proveedores fortalecida. Actualmente, China no solo produce para el mundo, sino que lidera sectores estratégicos, desafiando el dominio tecnológico de Estados Unidos.
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