El ataque de Estados Unidos a una embarcación venezolana dejó 11 muertos esta semana y elevó las tensiones en el Caribe, en medio de acusaciones cruzadas con el gobierno de Nicolás Maduro.
El ataque y sus justificaciones
La Casa Blanca confirmó el martes que la embarcación atacada pertenecía presuntamente al Tren de Aragua, un grupo designado como “narcoterrorista”. El presidente Donald Trump defendió la acción bajo el argumento de “conflicto armado” y “autodefensa colectiva”, lo que marca un giro en la política antidrogas habitual de incautaciones y detenciones.
Reacciones y críticas
El gobierno de Venezuela rechazó el ataque, calificándolo de un invento de Washington, mientras que medios locales transmitieron condolencias por los fallecidos. Analistas como José Enrique Arrioja señalaron que la operación “subvierte protocolos legales” y genera un precedente preocupante al asumir culpabilidad inmediata de los ocupantes.
Escalada militar en la región
Tras el ataque, el Pentágono denunció que dos cazas F-16 venezolanos sobrevolaron el destructor USS Jason Dunham en aguas internacionales. En respuesta, Estados Unidos desplegó más de 4.500 efectivos, ocho buques de guerra, tres anfibios y diez cazas F-35 en el Caribe.
Advertencias de Washington
El secretario de Estado, Marco Rubio, advirtió que EE.UU. continuará atacando embarcaciones asociadas al narcotráfico. Por su parte, Trump amenazó con derribar aviones venezolanos si ponen en riesgo a las fuerzas estadounidenses, afirmando que Caracas “se meterá en problemas” si insiste en maniobras provocativas.
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