Diplomático e hijo de migrantes libaneses, Julio César Turbay asumió la presidencia de Colombia en 1978 como miembro del Partido Liberal. Su gobierno coincidió con el auge de las guerrillas y la consolidación del narcotráfico como una de las mayores amenazas nacionales.
Su controvertido Estatuto de Seguridad fue recordado como una medida represiva, aunque buscaba contener el terrorismo en un país que empezaba a desgarrarse. Pese a las críticas, Turbay mantuvo el Congreso, las elecciones y la democracia en pie en medio de la violencia y la presión militar.
Diana Turbay, periodista y símbolo de dignidad
En los años 80, Diana Turbay se destacó por su valentía como directora de la revista Hoy por Hoy y del programa Criptón. Denunció la corrupción, la violencia y el narcotráfico en una Colombia marcada por el asesinato de líderes políticos.
En 1990 fue secuestrada por el cartel de Medellín, junto a otros periodistas, como parte de la estrategia de Pablo Escobar para frenar la extradición de narcotraficantes. Con apenas una máquina de escribir y la esperanza de volver a su familia, sobrellevó con dignidad su encierro.
El 25 de enero de 1991, en un operativo fallido de rescate, murió a los 40 años tras recibir un disparo. Su muerte marcó una de las heridas más profundas en la historia del periodismo colombiano y dejó un mensaje claro: nadie estaba a salvo del narco.
Miguel Uribe Turbay, la herencia de la lucha
Con apenas 4 años, Miguel Uribe Turbay quedó huérfano de madre. Criado por su abuela y su padre, transformó el dolor en compromiso público. “No heredé una fortuna, heredé una lucha”, afirmó cuando decidió entrar en la política.
Fue concejal de Bogotá, senador de la República y precandidato presidencial con miras al 2026, erigiéndose en una voz firme contra la violencia y en defensa del Estado de derecho. Representó a una generación joven, cansada de la sangre y la polarización.
Un asesinato que golpea a la democracia
El 7 de junio de 2025, Miguel Uribe Turbay fue víctima de un atentado que acabó con su vida tras dos meses de lucha médica. Su asesinato, ocurrido en plena campaña presidencial, estremeció a Colombia y dejó un vacío en la renovación política.
Mientras su funeral en el Capitolio fue acompañado por un país consternado, las palabras oficiales fueron escasas y frías. Como destacó El País, la muerte de Uribe no es solo una tragedia personal, sino un golpe simbólico a la confianza en las instituciones democráticas.
El apellido Turbay, entre la tragedia y la resistencia
La historia de los Turbay atraviesa medio siglo de vida política colombiana. Un presidente que defendió la democracia en tiempos críticos, una periodista que enfrentó al narcotráfico con valentía, y un joven político asesinado cuando buscaba transformar el país.
El apellido Turbay simboliza la lucha entre la ética y la violencia, entre la democracia y la barbarie. Con sangre y lágrimas, su historia refleja la resistencia de un pueblo que, pese a las heridas, insiste en defender la convivencia ciudadana dentro del marco democrático.
/ A.T.C /
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