La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) alertó que en la gestión 2025 varias cadenas productivas aún no se recuperan y registran niveles inferiores a los de 2023, debido a factores climáticos, escasez de diésel y altos costos de producción, principalmente en el oriente boliviano.
Producción aún por debajo de 2023
El presidente de la CAO, Klaus Frerking, explicó que, aunque en 2025 se observa un crecimiento respecto a 2024, este dato resulta engañoso. Señaló que 2024 fue uno de los peores años para el agro, marcado por una de las sequías más severas de los últimos 30 años.
Cadenas en “terapia intensiva”
Según el informe presentado, maíz, arroz, trigo y leche son algunas de las cadenas más afectadas. El maíz redujo su producción en 6% frente a 2023; el arroz cayó 15% y disminuyó su superficie cultivada; mientras que el trigo registró una contracción del 32% en producción.
Leche y otros rubros afectados
La producción de leche alcanzó en 2025 los 262 millones de litros, una caída del 13% respecto a 2024, retroceso que no se registraba desde hace una década. A esto se suman el sésamo, sorgo, oleaginosas y caña de azúcar, aunque esta última mostró una recuperación parcial.
Factores que explican el estancamiento
La CAO atribuye el retroceso productivo a la escasez de diésel, que dificultó las labores agrícolas, y al tipo de cambio del dólar paralelo, que encareció insumos, maquinaria y costos de producción, afectando la competitividad del sector.
Rubros con señales de mejora
Pese al panorama adverso, algunos cultivos mostraron avances. El algodón incrementó sus hectáreas cultivadas en 122% respecto a 2024 y 33% frente a 2023; el girasol amplió su superficie sembrada; y la soya, aunque redujo área, mejoró su rendimiento y elevó su precio promedio a 602 dólares por tonelada en 2025.








