Una semana después de su fallecimiento, el legendario cantante británico fue homenajeado con una multitudinaria procesión fúnebre por las calles de Birmingham, acompañado por su familia y miles de fanáticos.
Un tributo entre lágrimas y música
El féretro de Ozzy Osbourne recorrió este miércoles su ciudad natal, Birmingham, en una procesión encabezada por una banda que interpretó canciones de Black Sabbath. La multitud, emocionada, coreó su nombre mientras acompañaba el último viaje de quien fue considerado un ícono del heavy metal.
Flores, cruces y murciélagos
Sharon Osbourne, esposa del artista, colocó una rosa rosa entre los cientos de arreglos florales dejados por los seguidores en las calles. A su lado estuvieron sus hijos Kelly y Jack, visiblemente conmovidos. Entre los homenajes destacó una cruz floral morada sobre el coche fúnebre y carteles con murciélagos, en alusión al excéntrico estilo del cantante.
Recuerdo imborrable
La despedida ocurrió menos de un mes después del último concierto de Ozzy ante 40.000 personas en el estadio Villa Park. Tenía 76 años y había anunciado su retiro de los escenarios poco antes de su fallecimiento.
Homenaje intergeneracional
Niños, jóvenes y adultos participaron del recorrido. Eliza Finn-O’shea, de 10 años, posó con un cartel en honor al músico, reflejando cómo el legado de Ozzy atraviesa generaciones. La jornada se vivió entre aplausos, lágrimas y cánticos que marcaron el final de una era.
