Más de 150 proyectos de ley inconclusos, créditos pendientes y juicios de responsabilidades marcarán la agenda desde el 9 de noviembre.
Una herencia compleja
La nueva Asamblea Legislativa se instalará el 9 de noviembre con una pesada agenda heredada: más de un centenar de proyectos de ley sin tratar, que van desde créditos internacionales hasta reformas en sectores estratégicos como litio, hidrocarburos, minería, transporte y justicia.
Según el diputado Alejandro Reyes (CC), estos proyectos no se trasladan automáticamente a la nueva legislatura, sino que deben ser repuestos por un parlamentario electo. “El reto es romper el bloqueo político y alcanzar consensos, de lo contrario la Asamblea seguirá estancada”, advirtió.
El procedimiento
El reglamento establece que las iniciativas no aprobadas pueden ser presentadas nuevamente, incluso retomando antecedentes ya acumulados, pero requieren patrocinio político. La senadora Silvia Salame (Chuquisaca) insistió en que sería un error empezar de cero, pues existen propuestas que son de interés nacional más allá de quién las promueva.
Los juicios pendientes
Otro punto clave será la definición de posibles juicios de responsabilidades. Destacan los procesos contra la expresidenta Jeanine Áñez por los hechos de Sacaba y Senkata, que requerirán validación legislativa. A la par, algunos legisladores electos anticiparon pedidos de juicio de responsabilidades contra el presidente Luis Arce y altas autoridades judiciales.
El desafío político
La falta de consensos entre MAS, Comunidad Ciudadana y Creemos caracterizó la legislatura que concluye, con trabas en leyes clave, créditos, elecciones judiciales y designaciones como la del Defensor del Pueblo. Para el abogado Israel Quino, la nueva composición legislativa enfrenta el mismo reto: superar la parálisis y construir mayorías en un parlamento fragmentado.
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