El Cladosporium sphaerospermum, identificado en la zona de exclusión de Chernóbil, muestra un inusual desarrollo en presencia de radiación y podría proteger a astronautas en misiones espaciales.
Un hallazgo en las ruinas nucleares
Este hongo negro, rico en melanina, fue detectado creciendo en las instalaciones dañadas por el accidente nuclear de 1986. A diferencia de la mayoría de las formas de vida, no solo resiste altos niveles de radiación gamma, sino que parece desarrollarse mejor bajo su influencia.
Radiosíntesis: energía a partir de radiación
La melanina en el hongo capta radiación ionizante y la convierte en energía química mediante un proceso llamado “radiosíntesis”, similar a la fotosíntesis, pero usando radiación en vez de luz solar.
Pruebas en la Estación Espacial Internacional
En 2020, un experimento a bordo de la EEI demostró que una capa de tan solo 2 milímetros de este hongo puede reducir significativamente la radiación ambiental, abriendo la posibilidad de su uso como barrera en hábitats espaciales, especialmente en misiones prolongadas a Marte u otros planetas.
Aplicaciones más allá del espacio
Además del ámbito espacial, investigadores estudian su potencial en medicina, como apoyo en terapias contra el cáncer que requieren radiación, y en biotecnología, para desarrollar materiales adaptados a distintos niveles de radiación.
/ A.T.C /
Deja una respuesta