El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, evitó responder a las recientes amenazas de Vladimir Putin sobre una posible guerra con Europa, mientras señaló desde Bruselas que espera nuevos avances en las negociaciones que mantiene Estados Unidos con Rusia.
Rutte descarta reaccionar a las amenazas de Moscú
Antes del encuentro de ministros de Exteriores de la OTAN, Mark Rutte ironizó sobre la aparición pública de Putin con uniforme militar y afirmó que no responderá a cada una de sus declaraciones. Señaló que el presidente ruso acusa a Europa de obstaculizar las negociaciones de paz, aunque aseguró que la Alianza se mantiene atenta a la evolución del diálogo encabezado por Estados Unidos.
Estados Unidos impulsa conversaciones con Rusia
Rutte consideró “importante” la reunión entre Putin y el enviado estadounidense Steve Witkoff en Moscú, pero sostuvo que aún deben darse “más pasos” en el proceso negociador liderado por Donald Trump. Añadió que Estados Unidos coordina estrechamente con los aliados, aunque evita detallar públicamente los avances del diálogo orientado a poner fin a la invasión en Ucrania.
Críticas aliadas a la postura rusa
Varios ministros de Exteriores de la OTAN calificaron las amenazas de Putin como preocupantes y señal de que Moscú no tiene voluntad de paz. El neerlandés David van Weel afirmó que las advertencias rusas demuestran la necesidad de mantener fuertes inversiones en defensa, mientras que la británica Yvette Cooper acusó al Kremlin de buscar la “escalada” del conflicto.
Europa denuncia agresiones híbridas
El canciller polaco Radoslaw Sikorski aseguró que las amenazas rusas no son solo retórica y acusó a Moscú de estar detrás de actos de sabotaje en la red ferroviaria de su país. Otros representantes, como el español José Manuel Albares, insistieron en la unidad de la OTAN y en la importancia de un alto el fuego como paso previo hacia una paz “justa y duradera”.
Más presión hacia Rusia desde el Báltico y Escandinavia
Delegaciones de Estonia y Suecia señalaron que Putin busca sembrar miedo entre los aliados y pidieron aumentar la presión sobre el Kremlin. Entre las medidas sugeridas figura el uso de activos rusos congelados para apoyar a Ucrania, además de profundizar la asistencia militar y diplomática hacia Kiev.
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