El gobierno australiano anunció la expulsión del embajador de Irán tras atribuirle al régimen iraní la autoría de dos atentados antisemitas en Sídney y Melbourne.
Acusaciones y acción diplomática sin precedentes
El primer ministro Anthony Albanese afirmó que la inteligencia australiana (ASIO) concluyó que Irán estuvo detrás del ataque incendiario a un café kosher en Sídney y del siniestro en una sinagoga de Melbourne. Como respuesta, se decidió expulsar al embajador iraní y suspender las operaciones diplomáticas en Teherán, una medida inédita desde la Segunda Guerra Mundial.
Etiquetado al IRGC como grupo terrorista
En paralelo, el gobierno anunció que clasificará al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC) como una organización terrorista, siguiendo el ejemplo de países como EE.UU. y Canadá, en respuesta al patrón de conducta internacional del grupo.
Reacción de la comunidad judía australiana
Líderes judíos en Australia respaldaron la decisión de expulsión y celebraron la firmeza del gobierno, aunque también expresaron temores ante una escalada de tensiones y pidieron protección continua frente a amenazas externas.
Negativa de Teherán y advertencia de represalias
Irán rechazó las acusaciones y calificó la medida como políticamente motivada. A su vez, el Ministerio de Relaciones Exteriores advirtió que tomará medidas recíprocas ante lo que considera una agresión inaceptable a la diplomacia.
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