Salud mental: hábitos diarios que ayudan a prevenir ansiedad y depresión

Adoptar hábitos saludables no solo fortalece el bienestar emocional, sino que también reduce el riesgo de desarrollar trastornos como ansiedad y depresión. Expertos destacan que cambios simples y constantes en la vida cotidiana pueden mejorar significativamente la salud mental.

La salud mental como estado de bienestar

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como un estado que permite a las personas afrontar el estrés, desarrollar habilidades, aprender, trabajar y contribuir a la comunidad. No se trata solo de la ausencia de trastornos, sino de un proceso complejo que requiere atención y prevención.

Ansiedad y depresión: los desafíos más comunes

La ansiedad y la depresión afectan a millones de personas en todo el mundo. La ansiedad persistente genera preocupación excesiva, tensión muscular y dificultad para respirar, mientras que la depresión provoca tristeza profunda, pérdida de interés y alteraciones en el sueño y apetito. Ambos trastornos impactan la salud física, debilitando el sistema inmunológico y aumentando el riesgo de problemas cardiovasculares y gastrointestinales.

Hábitos saludables que fortalecen la mente

Según el Estudio RABSYPO del IDIBAPS y el Hospital Clínic de Barcelona, siete hábitos pueden mejorar el bienestar mental:

  1. Reducir la exposición a noticias negativas: limitar contenidos angustiantes disminuye la ansiedad.
  2. Alimentación equilibrada: una dieta saludable influye en el microbioma intestinal y el estado de ánimo.
  3. Contacto con la naturaleza: paseos por parques o cerca de agua generan calma.
  4. Ejercicio físico regular: mejora sueño, energía y bienestar emocional.
  5. Actividades relajantes: yoga, música o meditación ayudan a manejar el estrés.
  6. Mantenerse hidratado: el consumo adecuado de agua se asocia con menor sintomatología depresiva.
  7. Fortalecer relaciones sociales cara a cara: el contacto humano directo crea redes de apoyo emocional.

Prevención y cultura de cuidado personal

Más allá de la prevención, estos hábitos promueven una cultura de bienestar. No sustituyen la atención profesional cuando es necesaria, pero crean una base sólida para prevenir recaídas o mejorar la recuperación. Fomentar el diálogo abierto sobre salud mental y apoyar a quienes atraviesan momentos difíciles es tan importante como los hábitos diarios.

“La salud mental no es un lujo ni solo se atiende en crisis. Debe formar parte de nuestra rutina, igual que comer bien o hacer ejercicio”, afirma James Robles.

/atc/

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