La enfermera Daniela de Oliveira Mota describe la crítica situación en los centros de alimentación terapéutica de Gaza, donde atiende a cientos de niños y madres desnutridos, mientras los suministros básicos quedan bloqueados.
Más de 1.000 pacientes por desnutrición
Daniela de Oliveira Mota, gerente de enfermería de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Gaza, relata la dramática realidad que vive la población en medio de un bloqueo que impide la llegada de alimentos y medicinas. “Es peor de lo que imaginé. Falta todo”, comenta desde la Ciudad de Gaza, donde trabaja desde hace dos meses
En uno de los cinco centros operados por MSF, atiende a más de 1.000 personas con desnutrición, entre niños menores de cinco años, mujeres embarazadas y madres lactantes. “Cada semana los números aumentan, pero sabemos que los afectados son muchos más debido a la escasez de suministros y personal”, afirma.
Una hambruna provocada
Las organizaciones humanitarias denuncian una hambruna masiva en Gaza, donde la crisis se agravó tras el bloqueo impuesto por Israel desde marzo, que restringió la entrada de alimentos, agua y medicamentos. De Oliveira Mota asegura que “cuando hablamos de hambruna, es intencional y podría terminar mañana si se abrieran las fronteras”.
Niños desnutridos desde el vientre materno
La enfermera señala que la desnutrición afecta incluso a mujeres embarazadas, lo que condena a bebés que nacen ya con problemas de salud. En los últimos días, 21 niños murieron por hambre o desnutrición, según datos oficiales. La lactancia también se complica por el mal estado nutricional de las madres y las difíciles condiciones de vida.
Distribución de ayuda con riesgos
La entrega de ayuda humanitaria ha sido caótica y peligrosa. Según De Oliveira Mota, la organización de los puntos de distribución expone a las personas a accidentes y violencia, con más de 1.000 heridos o muertos al intentar recoger alimentos.
Sistema de salud al límite
Los centros médicos funcionan con generadores que apenas operan algunas horas al día, mientras los profesionales de salud también sufren la falta de alimentos. MSF asegura una comida diaria para su personal, pero muchos trabajadores no tienen acceso a alimentación adecuada.
La urgente necesidad de abrir fronteras
Para la enfermera, la solución es clara: permitir el acceso libre y sin restricciones de la ayuda humanitaria, ya que los suministros existen y las organizaciones saben cómo distribuirlos de manera segura.
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