Chile dio dos duros golpes al Tren de Aragua esta semana: condenó a sus líderes y desarticuló su red económica en el país.
Condenas ejemplares a la cúpula
Doce integrantes del Tren de Aragua, incluida su cúpula en Chile, fueron condenados por diversos delitos. Carlos González, alias “Estrella”, y Hernán Landaeta, alias “Satanás”, considerado su principal sicario, fueron sentenciados a cadena perpetua revisable, marcando un precedente judicial contra la organización de origen venezolano.
Operación contra su brazo financiero
Simultáneamente, las autoridades lanzaron una ofensiva contra el aparato económico del grupo, con el arresto de 52 personas y la identificación de al menos 14 empresas pantalla. Estas estructuras eran utilizadas para el lavado de dinero mediante criptomonedas y transferencias de bajo monto, según reveló la investigación.
Radiografía del grupo en Chile
En entrevista con Radio Francia Internacional, Eduardo Labarca, prefecto retirado de la Policía de Investigaciones de Chile, detalló que el grupo llegó hace unos 8 o 9 años a través de flujos migratorios irregulares. Pronto se afianzó en ciudades como Arica e Iquique, aprovechando la debilidad de bandas locales y su propia cultura del crimen y la violencia.
Expansión delictiva y control territorial
Labarca señaló que el Tren de Aragua comenzó con tráfico de migrantes y luego se expandió al narcotráfico, trata de personas y explotación sexual. En ciertos territorios, llegaron incluso a exigir tributo a otros delincuentes, consolidando así su poder. Para combatirlos —afirma— es clave no solo capturar a sus miembros, sino también desmantelar sus fuentes de financiamiento.
/ A.T:C /
Deja una respuesta